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Mostrando entradas de noviembre, 2010

Sobre el golpe de su amor indecente.

Sobre el golpe de su amor indecente. Me malacostumbré a verte entre horas mudas que sabían perfectamente el motivo disonante del cauce indecente e inestable de sus minutos corriendo presurosamente a tu encuentro. Me malacostumbre a esos roces de las ganas con la pequeña tristeza que tarareabas en mi oído, me conformé a esperarte viéndome con los ojos de los dedos buscando hallar nuevamente cada borde posible que te llevara a lo mas profundo de mi cuerpo asentado entre la misma maraña de la pena Ese esperarte desnuda al límite de unas sábanas silenciosas que conocían el idioma de la muerte y del triste placer de una herida hecha con los labios. Ese contemplar de mi debilidad cubriéndome la voz de sonidos secos, de culpas inexpugnables ,cada vez que me tomabas y hacías de mi alma un retazo de piel que no merecía mas que ese copo de lástima en cada orgasmo de latidos Tan penosamente así. Me cobije en ese lugar encima de tu cuerpo mientras hablabas de

Campanario de razones

Para él, al cual no le cambiaria nada Campanario de razones Omar viene y va, dejando sus besos sobre la piel de mi mesa de noche para que a la mañana siguiente las golondrinas de mi cuerpo se alimenten de sus labios. Omar suele llegar de noche con las manos repletas de estrellas cazadas con sus cincelantes dedos , desde el viento que abraza sus pasos; en esos segundos donde no está cerca mío pero mi pecho aún conserva sus caricias como flamas imperecederas en nuestro cuarto. Porque él cuando regresa a mis ojos lo hace para vestirse con el mismo color del nido en mi vientre, que espera impacientemente la garua en rojos tonos desde las palmas ave en sus manos. ¿ y es que de donde obtiene todos esos susurros que han echado flores en mi cuerpo ? Sí, él camina con los vientos alisios que deja caer el mundo hacia mi puerta, él hace que sus palabras se hagan árboles de donde se sostienen anhelos madurando. Omar es ese roce que alimenta a las hora