Entonces.
Adelante. No me importa lo que hagas o dejes de hacer.
Hazlo. No necesito saber en dónde estás a esta hora, con
quienes estás o si has urdido un pequeño plan para quitarte esa mala vibra que
he llevado en dosis que te superaban el día de hoy. Hazlo, lánzate a donde
debieras y termina de cerrar ese enorme círculo de celos- desconfianza que
llevo en la cabeza como una aureola en conmemoración a lo pasiva que aparento realmente
estar.
Vé. Deja que este pequeño monstruo pequeño de rizos tararee
la canción del no puedo volver a confiar en ti jamás.
Sabías que no podía con todo eso que me traías en racimos de tu mundo de colores
y licor , me superaban y lo entendías, sentías y tratabas de obviar en el
maradiagmatico universo de ese yo que es más ininteligible cada vez.
No voy a llamarte y a redundar sobre cosas que no quiero
saber.Esa gente que te rodea me molesta, me indigna, me hace sentir que la
maldad puede aparecer desde el simple acto del ser sin ser y del no hacer. Es
decir la maldad de la omisión. Y no es volver a esas temas que no nos incumben
ni a ti ni a mi, pero es tan triste ver como una persona puede volverse un
agujero negro y que tras ello, solo deba sonreír a quienes hicieron tanto y
nada en cortas y breves cucharadas de vivir.
No creo en ellos por eso, no soporto su periferia y sus
pocas ganas de ser alguien de verdad a pesar de la edad que llevan. No soporto
a la gente, el bullicio, las personas en búsquedas internas tan externas que
solo dejan ver su desnudez emocional. No soporto las apariencias bobas y las
trivialidades de una noche donde el verdadero lazo emocional es solo un simple
y absurdo motivo para desentenderse más.
Quizás por ello mi cinismo, mis pocas ganas, mi desaparición
emocional, mi monstruosidad al existir. Hay días donde no me tolero, no nos tolero,
y no soy parte de este escenario armado
al azar .Días donde no soy más que polvo en el aire de la fragilidad que puede
ostentar un respiro . Momentos donde no soy nada más que una vorágine de ideas,
una ordalía de conciencias; momentos donde lo único que me ata al suelo es la
esperanza de los necios.
Adelante. Sé quien quieras ser en este espectáculo de dos
por medio. La razón es algo tan volátil que sencillamente sería tonto pensar de
que lado va a cada instante. Sólo ve. Haz cuanto quieras, donde quieras y deja
que este pequeño fenómeno, freak de circo,
tome sus harapos humanos y trastabille a algún punto donde pueda dejar
de pensar en todo por siempre jamás.
Ve.
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