Regarde-moi
Regarde-moi Mírame hoy hasta que esa última gota de luna desdeñosa y tan ajena de latidos termine como rocío en algún pétalo seco de la ventana. Mírame hoy, como ayer ni nunca antes lo habías hecho, tan despacio, con esa calma de viajero, que va ahogando en sus pupilas lo mas negro de la noche que se sostenga en el pliegue tembloroso de sus labios, esperando el destino y su amanecer con la emoción tímida y profunda de un niño. Veme así, con el afán del ciego de mundo que dibuja en su mente la primera palabra en medio de su ciudad de sombras oscurecidas por la vida. Dulce y cálido como el verano naciendo de los parpados entre el bosque del silencio. Distíngueme de las dudas que van ocluyendo nuestros ácronos latidos descendiendo en cascada como semillas en el agua, tócame así, con el susurro que advierte un pestañeo reflejándome en el espejo difuminante de tu alma. Nótame así, como siempre te he esperado al