Pendientes
Pendientes
Entonces,
quererte
es un desperdicio
Una tontería. Una absurda y descabellada
orgia de ideas.
Una pena. Una maldita y retorcida manera
de quebrarse la boca sin
mencionar palabra
Una vergüenza. Como tratar de besar el tiempo
y no tener labios entre toda la
ceniza
Una demencia. Un golpe en el vientre
y una bala en medio de la lengua
Un miedo obligado a sostenerse
y a crecer ahogado en su
miseria.
Quererte, es entonces
una dolorosa manera de no quererse
y dejar que cada sueño
fallezca en el intento.
Quererse, entonces
dejar de pensar en ese algo
incandecente
inperenne
inmutable y ascendente
y al final, de todo, tras todo
entender
que podía detener el mundo por ti
pero que tú
no podías sostener mi mano
más allá de decirlo
y mentirme
otra vez
y otra vez
(…)
Entonces, todo esto es
Tu manera de escoger
Y mi manera de decirte
Que no existes más, en mi, jamás.
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