Sobre la necedad.
Sobre la necedad.
Podría contarte de la vida esta noche.
Hablarte de lo cruel y fría que se vierte
sobre los ojos la calma cuando no has llovido
aquí desde algún bucólico febrero.
Suele ser todo así con mi lado de tus manos,
se aprende a tomar los suspiros y atarlos a
una falda que no sabe de colores,
a oler el miedo con cada palabra caída
de su árbol, y a desprenderse los ojos
cada vez que es necesario
ahogarse de trocitos de hielo para dentro.
Se aprende a decir que todo está bien
cuando el camino a la casa
está en medio de alguna guerra
y se llega descalza a un hogar colmado en espinas.
Desapercibirse de a pocos.
Bordear el límite de la mentira para que aún quieras amar mi sombra.
Podría contarte sobre las otras caras de la luna
que suelen quebrarse con cada nube
que roza sus mejillas.
Querer hablarte de eso que no respeta el cuerpo
pero
a la vez,
saberlo inconcebible
en el seno de alguna de mis palabras.
Realmente no podría.
Podría contarte de la vida esta noche.
Hablarte de lo cruel y fría que se vierte
sobre los ojos la calma cuando no has llovido
aquí desde algún bucólico febrero.
Suele ser todo así con mi lado de tus manos,
se aprende a tomar los suspiros y atarlos a
una falda que no sabe de colores,
a oler el miedo con cada palabra caída
de su árbol, y a desprenderse los ojos
cada vez que es necesario
ahogarse de trocitos de hielo para dentro.
Se aprende a decir que todo está bien
cuando el camino a la casa
está en medio de alguna guerra
y se llega descalza a un hogar colmado en espinas.
Desapercibirse de a pocos.
Bordear el límite de la mentira para que aún quieras amar mi sombra.
Podría contarte sobre las otras caras de la luna
que suelen quebrarse con cada nube
que roza sus mejillas.
Querer hablarte de eso que no respeta el cuerpo
pero
a la vez,
saberlo inconcebible
en el seno de alguna de mis palabras.
Realmente no podría.
Comentarios
besos mi niña linda, muchos besos
un beso