A Tempestade
A Tempestade
Aprenderte hoy,
aún en esta última ventana de pasados
vuelve a ser un remolino de la nada
cuando hablas de mi hoy
suspendido
en el vaivén de tu mañana.
Y soy.
Vos sabés, querido músico de tiempos,
que las palabras
no conocen las ordalías con el tiempo
ni las distancias varadas en la arena.
Todo es siempre el todo
………………………y el nada
ese vacio inevitable
como hoyos en el aire,
que creaste
casi así, dulce,
casi siempre, sin querer.
Tanto así.
Por que tú y yo sabemos
que los años son bestias miríficas
que dejan huellas
cual lava incandescente
sobre la piel satinizada
de un morboso recuerdo
recién nacido a brazos de la espera.
La memoria no sustenta
la palidez de una furia amainada
………………………tras convertirse
por el lúdico golpe de la paciencia
en ese vino de hojas, tan asfixiante
que el olvido guarda
celosamente
en su árbol interno
de obscenas sapiencias re-escritas.
Y vos, pequeño gran domador de mentiras
en palabras tan ciertas como absurdas;
Llevás aún entre tus labios
un retazo de mi alma maniatada
inexistente
en ese maradiagmático miedo
de extinguir soledad en tus momentos.
Vos sabés;
Porque mi felicidad no puede comprarse
a la merced de un viento
extinto en el ayer de una promesa;
Cuando ya mis ojos miran de otra manera
………………………y tus manos
son solo jirones inservibles
en el extenso mapa de mi vida.
Aprender, verte...
y ya no sentir
ningún eco aleteando en el pecho
………………………nunca más.
(...)
Aprenderte hoy,
aún en esta última ventana de pasados
vuelve a ser un remolino de la nada
cuando hablas de mi hoy
suspendido
en el vaivén de tu mañana.
Y soy.
Vos sabés, querido músico de tiempos,
que las palabras
no conocen las ordalías con el tiempo
ni las distancias varadas en la arena.
Todo es siempre el todo
………………………y el nada
ese vacio inevitable
como hoyos en el aire,
que creaste
casi así, dulce,
casi siempre, sin querer.
Tanto así.
Por que tú y yo sabemos
que los años son bestias miríficas
que dejan huellas
cual lava incandescente
sobre la piel satinizada
de un morboso recuerdo
recién nacido a brazos de la espera.
La memoria no sustenta
la palidez de una furia amainada
………………………tras convertirse
por el lúdico golpe de la paciencia
en ese vino de hojas, tan asfixiante
que el olvido guarda
celosamente
en su árbol interno
de obscenas sapiencias re-escritas.
Y vos, pequeño gran domador de mentiras
en palabras tan ciertas como absurdas;
Llevás aún entre tus labios
un retazo de mi alma maniatada
inexistente
en ese maradiagmático miedo
de extinguir soledad en tus momentos.
Vos sabés;
Porque mi felicidad no puede comprarse
a la merced de un viento
extinto en el ayer de una promesa;
Cuando ya mis ojos miran de otra manera
………………………y tus manos
son solo jirones inservibles
en el extenso mapa de mi vida.
Aprender, verte...
y ya no sentir
ningún eco aleteando en el pecho
………………………nunca más.
(...)
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Comentarios
um abraço, Vianne
LB