De esperas y mentiras Voy buscando la ultima caricia dejada entre los artículos perecibles de una nevera que congela sentimientos cuales cubos de hielo; para ese whisky de recuerdos que suele quemarme entre sonrisas la garganta. Mientras las paredes parecen bailarme los instintos entre vaivenes que terminaran en caída justamente a medianoche donde la cordura sale a vestirse con retazos de las palabras, cuales mujeres de la calle, ofreciendo mentiras entre sus pieles gastadas; buscando que las esperanzas muertas alejen sus huesos de la memoria. Porque me he acostumbrado a rellenarme el pecho de cualquier rezago de tus ojos que hubieses dejado en la almohada; migajas de fotos sin rostros ni manos y polvo del camino que no hicimos. Dejando que ese espacio tan ínfimo como absurdo que debe de llenar el corazón que te llevaste entre maletas, sea ocupado por algo de similar inexistencia. Como el inútil pensamiento de dejar las puertas abiertas por si tal vez regresas.
Porque dueles. Porque avanzas, porque carcomes y te sumerges en la inmunda nada con la presteza de una bestia Un lobo. Un estepario huyendo en la bruma de su propia guerra. Un muerto. Un insomne hábito condenado a la tristeza. A la pereza A la candente lujuria de la pena y su asfixiante y maldito, maldito olor Porque ahogas. Porque apuñalas. Porque tu absurda cobardía muerde tiernamente mi voz. Porque cansas. Porque eres ese nudo en el pecho que nubla la vergüenza. Mi decencia, mi putisima y ramera resiliencia a la ceguera de tu error Tu pobre corazón hablando de amor como si tuvieras una mínima idea de que conlleva mirar dentro del otro y habitarle la razón Porque no sabes, ni sabrás Y jamás sabremos del color en los ojos de Abril (...) Jamás. **** VPx
Cielo de heliotropos. I.- Tu boca aún me sabe a mañana, a mañana plagada de nubes, a mañana infestada en mariposas, a mañana de color heliotropo desatado. Sí, el cielo está cubierto de heliotropos II.- Has vuelto. Las flores en tus bolsos han regresado al lugar donde nacieron, sé que tus manos extrañaban ese sitio donde los cuerpos hablan sin tocarse y las palabras simplemente son dichas sin más voces; ¿ extrañabas esta casa, donde aún tu sombra vivía con mis horas acopiadas? Tú sonreíste con el alma. Ambos lo palpamos en el aire. III.- Es tiempo de olvidar las manías del pasado. es tiempo de perdonar al tiempo que busca alejarte de mis días, de mis años del tic tac incesante de la ausencia. Y es que duele cuando ella canta esas horas, cuando te consumes en las sombras como besándola despacio … Horas rotas, horas negras. Todas quemaban en el pecho. IV.- Dulce. Tu piel sabe a manzana en paraíso Roja, roja como la sangre que se hace nube en un día cuando recreas mis tormentas; tu piel es
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