Un vals cualquiera.
Un vals cualquiera. Sentir. Recordé un día en medio de la parafernalia de la vida misma que yo podía volver a sentir. Vibrar. Querer. Quizás querer .En este bardo universo mío de detentes, pendientes y jamás, imaginé sólo cabía ese alguien a quien únicamente podía y podré amar. A quien amé, amo y amaré en el constante ciclo del nuestro no lograr jamás. Pero... ¿cuando empecé a sentir esta frívola emoción por querer vivir? No me malentiendan. No me malentiendas. Yo sólo se morir, morir por ese que tiene mi corazón y lo balancea en cada discusión que tenemos por la piel y su obscena manera de querer sin querer. O amar, él, que dice amarme aún a pesar de ello que nos sucedió y cercenó alguna vez. Yo solo sabia morir por él y querer morir más viéndolo destruirme . Yo, que sólo quería permanecer entre la quietud de sus rizos de vals y las malditas palabras que enviaba para matarme sin pensar, comencé a querer vivir por algo, alguien más. Alguien distinto, común y normal. Nada como