Altar.
Porque dueles. Porque avanzas, porque carcomes y te sumerges en la inmunda nada con la presteza de una bestia Un lobo. Un estepario huyendo en la bruma de su propia guerra. Un muerto. Un insomne hábito condenado a la tristeza. A la pereza A la candente lujuria de la pena y su asfixiante y maldito, maldito olor Porque ahogas. Porque apuñalas. Porque tu absurda cobardía muerde tiernamente mi voz. Porque cansas. Porque eres ese nudo en el pecho que nubla la vergüenza. Mi decencia, mi putisima y ramera resiliencia a la ceguera de tu error Tu pobre corazón hablando de amor como si tuvieras una mínima idea de que conlleva mirar dentro del otro y habitarle la razón Porque no sabes, ni sabrás Y jamás sabremos del color en los ojos de Abril (...) Jamás. **** VPx