De esperas y mentiras Voy buscando la ultima caricia dejada entre los artículos perecibles de una nevera que congela sentimientos cuales cubos de hielo; para ese whisky de recuerdos que suele quemarme entre sonrisas la garganta. Mientras las paredes parecen bailarme los instintos entre vaivenes que terminaran en caída justamente a medianoche donde la cordura sale a vestirse con retazos de las palabras, cuales mujeres de la calle, ofreciendo mentiras entre sus pieles gastadas; buscando que las esperanzas muertas alejen sus huesos de la memoria. Porque me he acostumbrado a rellenarme el pecho de cualquier rezago de tus ojos que hubieses dejado en la almohada; migajas de fotos sin rostros ni manos y polvo del camino que no hicimos. Dejando que ese espacio tan ínfimo como absurdo que debe de llenar el corazón que te llevaste entre maletas, sea ocupado por algo de similar inexistencia. Como el inútil pensamiento de dejar las puertas abiertas por si tal vez regresas.
Porque dueles. Porque avanzas, porque carcomes y te sumerges en la inmunda nada con la presteza de una bestia Un lobo. Un estepario huyendo en la bruma de su propia guerra. Un muerto. Un insomne hábito condenado a la tristeza. A la pereza A la candente lujuria de la pena y su asfixiante y maldito, maldito olor Porque ahogas. Porque apuñalas. Porque tu absurda cobardía muerde tiernamente mi voz. Porque cansas. Porque eres ese nudo en el pecho que nubla la vergüenza. Mi decencia, mi putisima y ramera resiliencia a la ceguera de tu error Tu pobre corazón hablando de amor como si tuvieras una mínima idea de que conlleva mirar dentro del otro y habitarle la razón Porque no sabes, ni sabrás Y jamás sabremos del color en los ojos de Abril (...) Jamás. **** VPx
Sendero. (A quien corresponda) Porque puedes. Porque eres eso más allá de la inconsciencia, más allá de la palabra, más allá de la vergüenza Más allá de cualquier definición concreta que pudiera asociarte en esa falsa piel que ostentas. Eres. Y sencillamente eres. Eso que penosamente defiende la pereza de obtener lo que jamás podrás tener en realidad tal cual es. Porque te contenta. Porque te emociona. Porque para ti lo mejor es eso que sobra después de lo putrefacto de un amor mal llamado , malparido, malherido. Porque te adorna. Porque lo mereces. Porque la carroña es tu instinto y tu instinto es la basura. La mierda. La absurda necesidad de llenar un cupo restante en tu bastardo y oscuro corazón de hiedra. Porque esto a mi me ha callado Y eso a ti te completa. Porque de verdad necesitarás suerte Y porque de verdad no tienes la menor puta idea del infierno en cachitos de deseo qu
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