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Mostrando entradas de julio, 2011

Voila

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Me gusta esa continuidad de tu boca mencionando el ultimo   no me importa dentro de las paredes rojísimas de tu boca de manzana. Me gusta ese   aroma en el viento que nos ronda cuando empañas mi ropa con ese   cálido jamás lo entiendes que sueles repetir como una oración vacía. Me gusta ese ritmo, tan candente como purpura, que aun llevas entre los ojos como una pequeña caída de sangre recordándote que eras su cuervo carmesí   que   regalaba sus alas moribundas hacia allá.Me gusta, es decir , me encanta , ese desparpajo con el que hablas del pasado y de mis errores como rayos de sol, nuevamente acarreados a un mar de calma. Me gusta, ese desatino, tan bastardo tuyo para afirmar que su lugar es estando juntos, y hablarme de nosotros como si fuera una pieza más que mover. Me gusta así mismo, tu reconfortante manera de decir que te duele, como si yo no entendería casi nada más. Y más aún, me encanta, esa pequeña manera de decirte que tenemos que hablar de algo que terminara sencill

Amanha e hoje.

Amanha e hoje. Amanha e hoje. Todavía hay cosas demasiado simples para decirnos, alguna tarde de  silencios rojos y miedos verdes, como si fuesen dulces caramelos puestos en nuestra ventana tan gris de esperar. Diríamos primero con la parsimonia de un vals de Miyazaqui, que los tiempos son charcos de lluvia desapareciendo ante mi vida soleada en ocupaciones. Diríamos que mi trabajo ocupado, que mis amigos cercanos, que mi exacta deferencia de llegar a decirte que el día había sido tan pesado que tenía que irme a los pocos minutos ya. Yo que sé. Diríamos cosas de tonos punzocortantes con la misma  dulzura de algunos modismos  tiernísimos que nos solíamos  guardar. Discutiríamos algún rato más de todos aquellos parapléjicos hechos que decíamos venir ver algún día en algún momento  un poco más sano de emociones y más corto de cuerpos distantes. Hablaríamos del ayer  exabrupto y del mañana indulgente; de las ideas desnudas que se nos iban amontonando en el  cuarto y de las poc

Sal con una chica que no lee

Sal con una chica que no lee Sal con una chica que no lee (Por Charles Warnke) Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela.  Deja que la especie de contrato q

Pretas condições

Pretas condições Pretas condições Conocianse hace bastante como para saber que una   invitación a tomar un café significaba siempre algo más. Quizás la tonta costumbre de mentirse tan evidentemente lo hacía tentador como peligroso para ambos y sus vidas tan lejanas de puntos en común. El era un   silvestre ingeniero que solía hablar todo el día de lo cuanto amaba ser respetado en su empleo, y ella amaba no oírlo, cuando mas recalcaba que su ego era simplemente una mentirilla más. Ella era dentista y amaba su consultorio solo y cerrado donde se sentía alguien infinitamente más contenta rodeada de   pacientes sin un rostro en especial, pero él solía decir que la apoyaba diciéndole que, muy bien , pero que en ese instante que dejara todo por verlo en ya .   No era precisamente una historia de amor lo que tenían, ni tampoco una de odio en general. Era básica y simplemente una relación de te tolero porque no deseo aburrirme haciendo cualquier otra cosa   que quizás p

Fazendo e amando

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Fazendo e amando No es necesario hablar mucho. Solamente entender algunas cosas importantes que son bastantes obvias aquel instante : él está alli porque te ama lo suficiente como para demostrartelo en los modos que hagan falta, incluyendo  si  te negaras a ese momento él lo entenderia ampliamente; él desea lo mejor para ti en toda circunstancia u ocasión y sobre todo, él esta alli porque desea que ello sea algo para siempre, por y para siempre.Porque te ama y lo amas y aquello es una confirmación  más de todo aquel sentir.Asimismo,  velo y siente con el cuerpo y el corazón.No necesitas nada mas. Quizás también le interese:

Búsquedas perdidas

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Búsquedas perdidas  Se habían besado tanto hasta ese instante, que cuando ella reaccionó, se dio cuenta que estaba cometiendo un gran error de pequeñas dimensiones. Una jarra de licor había  actuado del peor modo posible, dándole alas a aquello que ni siquiera podía caminar. Esa relación extinta hace tantos ayeres, que en este momento solo podría definirse, como un enorme fracaso  de latidos, que inclusive, había dejado  sencillamente de doler   .  Esa noche ella estaba decidida a no verlo como un objeto, como algo tan inservible de vértices sonrojables, pero quizás útil, para un solo y vacío rato de euforia, al fin bailable sin la soledad. Pero esta vez fue absolutamente distinta a esas tantas anteriores  aquellas donde ella detesto que tocase sus labios, pero que si  se alimentase de su cuerpo  deplorablemente. Esta única vez ella pensó encontrar en sus labios, debajo de todo ese sabor a licor, un pequeño atisbo de amor, de cariño inconmensurable, una infinitésima pa

Pra ele, e pra sempre.

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Pra ele, e pra sempre.    Escribir es el arte de domar fieras inconmensurables  / y hacer que de la profunda oscuridad en sus ojos / salgan  las propias voces / que  uno no deja desangrar  fácilmente. (VPx) Pedro Salinas, escritor de la generación española del 27, definía a la poesía como “Una aventura hacia lo absoluto”. Una definición clara y exacta   a mi parecer del trabajo poético  de Mauricio Pablo Emmanuel  Fernández. Puede decirse abiertamente que en su alma narrativa  tan idílica como placentera   están expuestos los mejores elementos  en su forma más llena de vértices y ángulos hacia el espectador. Una aventura hacia lo maravilloso de la cotidianidad vista desde los ojos  escondidos en las mimas emociones que  duermen en medio de cada acción a realizar. Casi como un viaje al interior del espíritu del autor, donde podemos ver fácilmente  el surrealismo  delicioso de  un día normal  diseccionado en cada partícula que pudiese contener. Erizo, el seudónimo c

Duvidas no ar

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Duvidas no ar Tenia inmensas ganas de irme.Ganas de solo alzar alas, ver algun punto en la lejania y sencillamente avanzar.No era facil, pero era mas dificl quedarse. Irse seria como olvidarse de el tiempo presente y sus ramas por todas las habitaciones, olvidarse de los problemas que daban vueltas alrededor de mi cabeza, como esperando ese ligero golpe que me hiciera besar el polvo... y zaz! tomarme entre ellos y hacerme presa de mis propios errores pasados. Tomar maletas, coger el primer avión hacia o mundo dos nao perguntas no era exactamente una solución, pero si un placebo, un parche pequeñito en medio de una espalda totalmente partida desde arriba a abajo por la mitad. Asi tanto así .Irse no era la mejor opción, pero era la salida mas facil de hablar y hacer. Mas ¿y aqui? Aqui no precisamente estaban cosas que me retuvieran por entero, pero si una un poco no tan cerca, que requeria que estuviese aqui para que las cosas estuvieran bien; si,- él - . No voy a decir

Deficiencias.

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Deficiencias. Ignoro quien soy ahora mismo. Ignoro mis límites internos y sus raíces como serpientes insondables a lo largo de mi espíritu. Tengo miedo, de saber quien soy ahora, de quien deseo ser ahora, de fallar en el soy que deseo ser mañana y aun después de eso, miedo de todo. Miedo de conocerme, entenderme y odiar lo que veo, lo que siento, lo que deseo con todo el corazón, y si es que realmente verdad lo que pienso. Quizás y me miento . Ocurre que no confío en mí, y no confío en mis manos y en el uso que suelo darles cada día al despertar como una brisa despreocupada de   destino y sentido real. Me miento. Me levanto cada mañana poniéndome la mascara del día que corresponde y sonrío para los demás. Buenos días amor, buenos días amigo, amiga. Todo genial, claro, mas tarde, ok. Sonrisa falsísima. Por dentro todo parece ser una nube ploma de aire, dispuesta a hacerme tantas heridas como le fuese posible, una a vez mas. Ignoro quien es la que responde ahora mis

Céu preto

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Céu preto No había nada más que decir, él dijo adiós, y ella esperó que cumpliera su promesa. Los febreros de desgracia se habían acabado como las nubes oscureciendo las noches que ella tanto amaba. Al fin se sentía libre, al fin se sentía una persona real, como en mucho tiempo había olvidado que era. Él dijo adiós, y ella solo se limitó a sonreír. La tormenta había pasado al fin, dejando ver esos detalles que había olvidado de tanto quitarse la piel para ver si hallaba algo en donde sentir   algo más fuerte que la soledad impregnándole el aire de esquirlas. Si alguna vez él le dolió, no iba a recordarlo jamás, ni a su carácter egoísta ni a sus obscenas maneras de amarla desdiciéndose, pero a la vez   reiterándole que la necesidad de su   junto s era innegable. Tan contrario él, tan idiota él. Pero ya no importaba, ella hacia bastante que tenía controlada esa parte de si llamada sentimentalidad en una jaula detrás de todas sus heridas   personales, así que él podía

Abrilismos.

 Abrilismos. Sabía que él no me quería. Era demasiado obvio entre sus pretensiones de solo momentos y escondites para los sentimientos, que solo buscaba un pequeño affair, tan breve como insignificante que sería de bobos absolutamente   caer en ello. Pero yo si lo quería, y quizás querer sea una palabra muy grande para mi versión de las cosas; él solamente me gustaba, pero me gustaba, es decir, realmente estaba pensando en sus ojos y en la forma en que sus labios debían de moverse con los míos una noche cualquiera debajo de una lluvia sorpresiva como deseadas así tan simple, yo no lo quería para nada más que ello, al igual que él a mí, y eso era lo horrible de esa situación. Las ganas ese día de garua se cayeron al cesar esta y la cordura, asimismo, volvió a su silla de costumbre a devanarse la honestidad una vez más.(…)

Verde coraçao

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Verde coraçao Sus ojos eran del mismo color que el prado primaveral hallable en medio de mi corazón. Había llegado un día así sin más a decirme que las casualidades no son solo ello y que las mejores maneras de agradecer a un destino juguetón y ocioso de sorpresas era conociéndonos mejor. ¿Y porque o que las cosas se sucedieron así? Sería fácil y difícil de explicar a la vez tan sencilla como complicadamente. Lo conocí hace tanto que no lo recordaba con exactitud, y es que no hay muchas palabras para explicar los ojos de una adolescente mayor de ideas, de edad, y de pretensiones, cuando solía ver a un pequeño y delgado niño que aun jugaba con sus amigos a esas cosas tan simples que un niño de primaria suele hacer. De allí podría contar un lapso largo de tiempo en el cual desapareció de mi vista como debía de ser exactamente, entre las personas que mientras crecen, se dedican a otras cosas y empiezan a buscar el oscuro y des-mapeado rumbo de su vida en adelante. Y así

Sobre aquél y mi versión de algún obsceno hecho.

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Sobre aquél y mi versión de algún obsceno hecho. Él tenía 19 años y lo amaba. Lo conocí en circunstancias tan casuales como bobas, y como casi todos, no pensé que fuese algo que pasaría de allí .Tenia él demasiadas cosas en la mente cuando me conoció, que sencillamente dijo que fui como su luz de allí en adelante, que como al mar embravecido, yo fui su luna mañosísima de bordes que subía y bajaba a mi antojo la marea de su enorme sentimentalidad. Tan rosa yo, tan cursi él. Y tanto que me importaba, que fue increíble tanto lo que sucedió como tanto lo que quisiera ahora olvidar. Fue sencillamente de esos amores tan extensos como erróneos y tan carnales como abismales. Así era él, un ego andante que cubría el pavor a verse realmente pequeño como era en realidad; tenía mucho miedo que tan solo yo vi esas tantas tardes de hotel que pasábamos enredados de piel, más no de corazones. Creo que yo amaba de él su manía de adorarme como quien idolatra esa pequeña cosa que lo h

O céu é da cor de suas mãos

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O céu é da cor de suas mãos Perspectiva de un recuerdo proyectado. (O céu é da cor de suas mãos) “ Nada habría podido ser mejor en ese momento, cuando las palabras se nos acabaron y las ropas volaron hacia un lugar aún más desconocido, una mirada bastó para que el color de su alma fuera idéntica a la mía, porque cuando volvió a susurrarme al oído que me amaba, las paredes desaparecieron y sentí que había vuelto a nacer en lo profundo de sus ojos café (…)” El viento jugueteaba con nuestros cabellos esa tarde que volvimos a vernos, luego de haber pasado todo el día anterior juntos. El miraba las paredes del edificio que quedaba al frente de nuestro punto de encuentro con una escueta sonrisa en los labios que hasta entonces yo solo le había conocido. Era casi la una de la tarde cuando llegue algunos minutos demorada para verte, algo sonrojada por haber corrido para tratar de no hacerte esperarme aún más. Te acercaste y rápidamente me dijiste al oído:

Sonho vermelho

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Sonho vermelho La noche prosiguió su camino tan despacio que no se percataron de que fuese tan tarde aquella vez . Él prendió la televisión sin pensar en algún programa o canal en especial, solo la encendió para que el silencio de la habitación no fuera tan evidente. Ambos estaban nerviosos, nunca habían pasado tanto tiempo a solas en un lugar cerrado así que ninguno de los dos sabían que hacer exactamente, en ciertos momentos solo podían oír los latidos acelerados de cada uno acompañando el ruido de la televisión. Estaba dando un programa de enigmas y misterios, entonces ella comenzó a verlo con atención. Estos temas eran su delicia personal y empezó a contarle que esas historias ella las sabia y se las narró sin pensar en el momento anterior a ese aire nuevo que se sentía ahora en la habitación . El solo la veía hablar y mover sus manos como haciendo figuras en la nada , con la fascinación de quien ve una luz brillante acrecentar todo de repente. Entonces él se acer

Nimiedades de febrero

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Nimiedades de febrero Nimiedades de febrero Llevabas días de días diciéndome lo mismo de todos nuestros años, con la misma desvergüenza de quien conoce esas palabras por primera vez, y por ende, no se preocupa de su imperfecta repercusión. Decías que donde diablos estaba, que en tal sitio en 10 minutos, que esperarías poquísimo y más me valía estar allí, tan pronto, como ya , y colgabas. Era increíble como conservabas esa tranquilidad que solo los niños tendrían al decir algo tan natural como gracias al recibir un premio merecido. Y aún más ahora, que solo éramos amigos del tipos que prefieren llamarle amistad a una serie de eventos desafortunados luego de haber fracasado como pareja. Hacen creo, al menos seis años desde la última vez que te tomé la mano y repetí con tantas ansias que esperaba pasar toda la vida así contigo, con mi voz de tontísima adolescente que pensaba que el mundo tal vez lo habías creado tú. Tontísima de verdad . Y ahora el ser tan amigos era má

Renuencias.

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Renuencias. El segundo cigarrillo terminó por extinguirse. Debían ser las dos de la madrugada, pero realmente no importaba ello, ahora, otras tantas ideas rondaban en su mente como pequeñas voces mezclando los ruidos del exterior con su propia conciencia. Se levantó para ver a través de la ventana que la calle seguía igual de vacía que ese mismo día más temprano, o al menos así lo era para ella. No importaba nada, el hecho de sentirse vacía y sola no cambiaría por ver a miles de extraños correr por esas avenidas de destinos inciertos. Abrumarse así era tan sencillo como agotador en todo momento. Cogió una silla y subió al borde de la ventana. El viento se sentía increíblemente tan dulce como acariciable; a veces tenía la impresión de que con solo estirar las manos podría aprisionar un poco de ello entre las palmas; entonces sintió como una brisa helada la devolvía a la realidad. Estar en un sexto piso le daba algo de miedo, pero contrariamente, se sentía más segura

Endings.

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Endings. Las fuegos artificiales brillaban  en medio de todo el ruido que habia  fuera en la calle. Debia de ser medianoche ya. El tiempo se le habia ido en un solo abrir y cerrar de ojos  en ese solo instante que se quedó dormida en medio de esas sábanas tan ajenas de  aroma , como de calor. Miró hacia la ventana detenidamente, observando como  el cielo se podia teñir de tanta alegria con esas luces, y a la vez, sentir tanta soledad allí  precisamente esa noche. Volvió a recostarse en los brazos de aquel tipo que la acompañaba esa noche. Por mas asco que le tuviese, la soledad, era algo que preferia evitar  hoy a todo modo ... a toda costa.

3 de 3.

3 de 3. Tú eres del fuego De la aurora que el ande deslinda en su falda De la mañana y canto sobre las portezuelas de la plaza Y volcanes orgullosos que estian tu eres del la luz que va filtrada en las persianas del cuarto y que saca a los ratones de su madriguera y va anegando cada ojera mia tu eres de las ramas que asoman caprichosas y atrapan a los peregrinos extraviados que buscan cabañas con leños crepitando hasta desesperar tu eres de esos amores que rasguñan insomnios y que defienden ovnis a capa y espada que letánicos, solo quieren algo de tinta y agua tal vez chocolates tu eres de esas mujeres que yacen con algas y caracolas en el pelo y adoran principes que montan pegasos arrogantes con crines de oro cascos de trueno ajena para menesterosos y campesinos bohemios que se tienden bajo un palmera a dibujar nubes

2 de 3

2 de 3 "... que habrá tras tu mirada que tanto oculta y tanto da " Dices, que una estrella cruzo el deseo y que los granos de arena parecían cabezas de alfiler, que las mujeres se desnudaban por las plazas, que la sal del mar quedo hecha remolinos, que los senderos se perdían en cuevas miríficas, y las cartas a las madres nunca eran leídas, *que dos luciérnagas volaron al ras, que las penínsulas se daban ínfulas, que los reyes se vestían a escondidas de reinas, que los amores se fundían en horrores, que el crash carecia del bang, que los cerros se cansaron de mirar impasibles, y la música abandono para siempre al hombre, *que el aire estallaba en moléculas, que los cabellos de la madrugada se caían envejecidos, dices, dices que estabas al pie de mi puerta hecha un capullo, y nunca te vi.

1 de 3

1 de 3 (i.-) Hoy, mi voz se acostó como rayo naranja sobre los cerros, encantó colegialas que jugaban con los lazos de su pelo negro azul; los pasos vigorosos de la mitad del día me encontraron recolectando estrellas muertas en el morral y jaurias y violetas y malditas caracolas de mar, para ahogar el tiempo asi como sus arenas talladoras de dunas, mas los huesos ya no esperan trémulos el toc toc de la puerta ni estoy descalzo. Hoy, cansado de asesinar dragones con pecho de diamante y coraza, quiero abrigarme en alas y sentir el olor del café recien pasado que anunciaba el invierno o dejar de leerte las pupilas de agujero negro (just a matter of time?). Inasible, paseo la sonrisa incólume por la plaza, hasta le doy de comer a las palomas...y aún juego a la disociación frente al espejo con esta cara llena de hendiduras mientras quiero que me digas con tu acento de comarca: Si alguna vez Sí, alguna vez "Sí", alguna vez. Hoy, me has dolido más qu

Pláticas de algún lugar.

Pláticas de algún lugar. - La quiero, eso lo sé, me parece una buena chica - - No lo haces, solo te agrada- - no es cierto, tú no sabes que puedo estar sintiendo o no- - Sé que no la quieres, no te importa, si no, no estarías aquí conversando conmigo - - Nuestra relación es distinta, nos damos tiempos, libertades, no estamos   demasiado pendientes uno del otro y vivimos así tranquilamente – - eso no es una relación ni aquí ni en ningún otro lado, aun eres muy malo aceptando las cosas - -   Quizás aun estemos conociéndonos bien con ella, es educada y linda, ideal, se parece a una modelo que sale en televisión- -   Que suerte, supongo. Siempre pensé que la chica ideal para ti sería una prácticamente muda, sin replicas , sin opiniones demasiado marcadas, demasiado no yo, demasiado simple a mi parecer…- - Es mi vida y creo que ella en el futuro puede ser ideal. Hablamos de nuestras carreras mucho, somos muy similares- - Así que ella es bastante aburrida ¿no?- (risas)- - No lo es,

Madejas extendidas I

Madejas extendidas I Llamó. Me preguntó como estaba y que hacia, que si todo ya estaba en su lugar y si aún lo extrañaba. Fue difícil decirle después de tantas afirmaciones que todo estaba  bien aún sin  él en  mis tintes diarios de cotidianidad y aburrimiento. Replicó austeramente, supongo pensó que mentía y que después de cuatro años las cosas son recuperables con solo días de por medio. Realmente no me importa. Salvo sólo decirle que  después de esa tarde de mentirillas bordadas en piel que  no habrá nada que nos una en un futuro tal como pensábamos. Sé que seria buen padre, pero yo no la correcta madre para sus hijos, siempre lo he sabido con tal exactitud que no pude verme  al espejo después de aquella ocasión. Culpa , la suficiente para hacerme recordar que no sé donde estaban mis recuerdos y mis porque, acerca de mi ruptura con él hace tanto tiempo. Nuestra maldita confianza  es tan apremiante que me avergüenza en absoluto solo poder tocar su cuerpo s

Sounds of Vodka

Sounds of Vodka Sounds of Vodka . Tus besos seguían sabiendo y siendo tan iguales a los míos. No sé si tú aprendiste a entonar los labios en esa melodía que yo llevaba o fui yo la que decidió que tu canción era ideal para mí. Han pasado al menos dos años desde la última vez que uno de esos acercamientos tan virtuosos me supo a algo al menos aceptable. Dos años y tú no has cambiado un ápice a pesar de que quieras mostrarme que ahora no eres ese niño de espalda amplia y emociones escondidas aún más grandes. Decías que sólo conmigo sentías que eras otras persona, una persona mejor, una persona que quería ser como el resto de personas que amaban el mundo y buscaban proteger a alguien: a mi. Dos años y a pesar de tu bonita coraza de hombre maduro dispuesto a sortear montañas y matar dragones con los dedos, no has cambiado ni esa manera de vestir ni esa de mirarme como quien espera que voltee y le recuerde que todo esto puede que se convierta en una continuación del pa