Suturas

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Entonces él cogió sus cosas de todos los sillones en la sala lo más rápido que pudo. Cogió la primera maleta que encontró en el closet junto a todo el dinero que halló en la cartera de ella tirándosela luego sobre la cama mientras un gesto de desprecio se dibujaba en su rostro. No había tiempo. El olor a dolencia inundaba el ambiente como si de flores se tratara.

Él se acercó a ella y la cubrió con las sabanas aún tibias de la cama, le dio un beso en la frente.

- Tú tuviste la culpa bonita, dijiste que siempre serias solo mía-

Su risa dejó eco en el aire mientras salía por la puerta de atrás cuando viendo hacia la casa en la que creyó iba a quedarse por siempre.

No quiso ver mas hacia atrás mientras la casa comenzaba a arder dando unas llamas gigantescas como el inmenso dolor que el cargaba en el pecho.

Una última la grima cubierta de culpa rodó por sus mejillas.