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Mostrando entradas de mayo, 2010

Dos minutos

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Dos minutos. Así empieza todo. El sol toma los rayos que restan de ayer y se apresura a inaugurarnos la mañana. Sonríes, dices buenos días iluminando una habitación dormida, Sonríes nuevamente. La luz se filtra mojándonos el cuerpo con ganas de moverse. Entonces, te regalo las primeras sílabas de mi pecho aletargado, ………………….y tú …………………….. y solamente tú haces palpitar esa bestia roja que únicamente tus manos tan dulces y modestas, ……………..han sabido tan tiernamente domar. Sonríes, sonreímos, los segundos juegan a rozar la piel que tú aún en mi no cubres: ………..casi nada, …………….casi aire, ese ínfimo espacio en el cual no pasa ni una sola aguja; pero entonces ,esa última separación la desapareces para siempre. Luego, al próximo minuto que camina no dejas de mirarme, me observas despacio, bebiéndome en cortos sorbos, esperando que mi sabor quede entre tus ojos con el mismo frescor de una palabra. Sonríes nuevamente y todo se llena mágicamente , con tu oxigeno color canela entre mis poros.

Sobre las despedidas

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Es hora de decir adiós, Es momento de atarse los zapatos a la sombra y esperar que las piedras del camino sean de colores; Es hora de cortar con la mano que guiaba las razones y les daba la apariencia de rosas dentadas en los bordes de la vida y de la lengua. Es algo tarde pero aún la melancolía se ciñe a mi cuerpo, atándome al vacio de saber que el tiempo es solo ...cruelmente relativo, El cuerpo de la hartanza ya bebió todos los momentos que goteaban de la frente, y las murallas levantando sus voces me han dicho que nada tristemente debe de ser ya para siempre. Y es así señores, todo tiene un final. Las marcas de las manos quedaran como recuerdos y mis cicatrices serán historias luego entre el baile de una fogata aún ajena a la memoria; Como que quizás todo debe ser así. Es hora de coger las cosas entre labios y armarse de valor al borde la cama esperando no caer en la tentación de dormirse entre la calma del pasado; La impronta de los días hablaran desde mi piel Para aquel viajero q

Vaivenes

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Noche de solsticios y enjambres atados a tu pelo. Deberíamos ya vestirnos con las luces que aún en la calle hablan entre ellas de rumores con olor a café y rayos de neblina No, aún no, dices que la desnudez de las miradas aún no se nos han quitado de los labios. La gente podría saber que realmente solo nosotros escondemos las hojas de la luna , la ira de los pasos secos, las sonrisas de un día que no muere. Déjame sujetarte el lienzo mientras te dibujas en el pecho con los ojos de la garua que dibuja constelaciones en ventanas Así es la madrugada de azulejos que nos reflejan en su seno así es la madrugada de luceros rojos que destellan tu cuerpo en las manos. Duerme, sí, quédate a dormir conmigo mantén a las estrellas en el vino que sabe a mañanas de felicidad indecentemente tierna. ¿Es que debería contener mi alegría por las ordalías sordas de un segundo? Sólo quiero mantener tus horas en mi vientre aguardando el aroma a esperanza que pueda desprendernos un minuto. Todo el tiempo lo e

Vicisitudes (Sad song)

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Para él,en mi recuento de los daños. Sad song Otra nube silenciosa nos rasga la mañana arrabalera ¿que es si no una palabra mía mas en tus bolsillos que un trasto armoniosamente inservible? Déjame quebrar las horas y hacer de tus segundos los límites imprecisos de mis mares. Tocata. Hoy es lunes y mi ordalía habla de lugares que no conocen de distancias. Allí llueve contra el viento y el sol disipa todos los pesares Las manos se hacen ave con esos mundos pero mis ojos te saben jaula de lazos finamente atados al firme susurro de palabras frías Y es que tengo tatuado en la franja arenisca de la espalda, como ave de tonos desangrados que habla en idiomas ya perdidos. Así que miénteme. Quizás es hora de olvidar los nombres, atarnos los recuerdos en los dedos y comenzar a destejernos amargamente el recuerdo. Sí, miénteme. Yo sé que es tiempo de arañarnos los deseos y sólo deshacer las miradas como si tus graníceas pupilas no hablaran y mi pasado de brumas nuevas no lo hubiera oído. Madru