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Altar.

Porque dueles. Porque avanzas, porque carcomes y te sumerges en la inmunda nada con la presteza de una bestia Un lobo. Un estepario huyendo en la bruma de su propia guerra. Un muerto.  Un insomne hábito condenado a la tristeza. A la pereza A la candente lujuria de la pena y su asfixiante y maldito, maldito olor Porque ahogas. Porque apuñalas. Porque tu absurda cobardía muerde tiernamente mi voz. Porque cansas. Porque eres ese nudo en el pecho que nubla la vergüenza.  Mi decencia, mi putisima y ramera resiliencia a la ceguera de tu error Tu pobre corazón hablando de amor como si tuvieras  una mínima idea de que  conlleva mirar dentro del otro y habitarle la razón Porque no sabes, ni sabrás Y jamás sabremos del color en los ojos de Abril (...) Jamás. **** VPx

Pendientes

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Pendientes Entonces, quererte es un desperdicio Una tontería. Una absurda y descabellada orgia de ideas. Una pena. Una maldita y retorcida manera de quebrarse la boca  sin mencionar palabra Una vergüenza. Como tratar de besar el tiempo y no tener labios  entre toda la ceniza Una demencia. Un golpe en el vientre y una bala en medio de la lengua Un miedo obligado a sostenerse y  a crecer ahogado en su miseria. Quererte, es entonces una dolorosa manera de no quererse y dejar que cada  sueño fallezca en el intento. Quererse, entonces dejar de pensar  en ese algo  incandecente  inperenne inmutable  y ascendente y al final, de todo, tras todo entender que podía detener el mundo por ti pero que tú no podías sostener mi mano más allá de decirlo y mentirme otra vez y otra vez (…) Entonces, todo esto es Tu manera de escoger Y mi manera de decirte Que no existes más, en mi, jamás.

Sendero

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Sendero. (A quien corresponda) Porque puedes. Porque eres eso más allá de la inconsciencia, más allá de la palabra, más allá de la vergüenza Más allá de cualquier definición concreta que pudiera asociarte en esa falsa  piel que ostentas. Eres. Y sencillamente eres. Eso que penosamente defiende la pereza de obtener lo que jamás podrás tener en realidad tal cual es. Porque te contenta. Porque te emociona. Porque  para ti lo mejor es eso que sobra después de lo putrefacto de un amor mal llamado , malparido, malherido. Porque  te adorna. Porque lo mereces. Porque la carroña es tu instinto y tu instinto es la basura. La mierda. La absurda necesidad de llenar un cupo restante  en tu  bastardo y oscuro  corazón de hiedra. Porque  esto a mi me ha callado  Y eso a ti te completa. Porque de verdad necesitarás suerte Y porque de verdad no tienes la menor  puta idea del infierno en cachitos de deseo qu

Ayin ha ra *(Pasos)

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Ayin ha ra Pasos . Hay lunes espantosos. Lunes de mierda. Lunes que duelen como vidrios en la piel cercenándote la vida Lunes como llamaradas. Como garras. como niñas llorando en un parque queriendo morirse de la pena. Lunes lamentables. Lunes asquerosos. Lunes donde quieres deshacerte en la cama y dormir , para no sentir a las heridas llenándote  las venas de palabras. Lunes de 24 horas de tortura. Lunes de desgracia. Lunes donde duele  cada bocanada. Lunes hambrientos de sangre y de cualquier rezago de  animales  cobardes como  la esperanza. Lunes de piedra. Lunes que horadan en tu boca las más fervientes de todas las promesas.  Lunes que tocan para matar y matan para alimentarse de la maleza que  enarbola  la tristeza. Lunes cuervos rodeando  cadáveres  andantes. Lunes Caníbales de penas. Lunes de abismos entre tanto ayer e inexistentes mañanas . Lunes puentes. Lunes de ojos abiertos y resentimientos en

Entonces.

Adelante. No me importa lo que hagas o dejes de hacer. Hazlo. No necesito saber en dónde estás a esta hora, con quienes estás o si has urdido un pequeño plan para quitarte esa mala vibra que he llevado en dosis que te superaban el día de hoy. Hazlo, lánzate a donde debieras y termina de cerrar ese enorme círculo de celos- desconfianza que llevo en la cabeza como una aureola en conmemoración a lo pasiva que aparento realmente estar. Vé. Deja que este pequeño monstruo pequeño de rizos tararee la canción del  no puedo volver a confiar en ti jamás . Sabías que no podía con todo eso que me traías en racimos de tu mundo de colores y licor , me superaban y lo entendías, sentías y tratabas de obviar en el maradiagmatico universo de ese yo que es más ininteligible cada vez. No voy a llamarte y a redundar sobre cosas que no quiero saber.Esa gente que te rodea me molesta, me indigna, me hace sentir que la maldad puede aparecer desde el simple acto del ser sin ser y del no hacer.

Je reve encore

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Je reve encore Be nice ámame bien porque te quiero como se quieren las cosas preciosas las cosas que uno desea, añora                              y guarda en la linfa como un latido ajeno y errante pero tan mío, también  tan propio, que ninguna diferencia podría ser  hallada   por nadie  jamás. Se amable porque realmente  quieres serlo y porque  dentro de esas manos tuyas hay un calor que quizás sólo quizás yo solamente puedo hacerte sentir. Se amable porque esa moderación inmoderada desdeñosa e insana en sensaciones con la que te amo es un niño entre nosotros amalo un poco, cárgalo con cuidado sonríele un tanto déjalo permanecer entre tus ojos y mímalo algún instante que te sobre Hazle saber que lo miras, que lo entiendes que más allá del llanto de mis otros pasados  nostalgias que mas allá del futuro tiempo de boca impertinente tú ves más allá de sus parpados palomas Aselo de las manitas, sonríel

Un vals cualquiera.

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Un vals cualquiera. Sentir. Recordé un día en medio de la parafernalia de la vida misma que yo podía volver a sentir. Vibrar. Querer. Quizás querer .En este bardo universo mío de detentes, pendientes y jamás, imaginé sólo cabía ese alguien a quien únicamente podía y podré amar. A quien amé, amo y amaré en el constante ciclo del nuestro no lograr jamás. Pero... ¿cuando empecé a sentir esta frívola emoción por querer vivir? No me malentiendan. No me malentiendas. Yo sólo se morir, morir por ese que tiene mi corazón y lo balancea en cada discusión que tenemos por la piel y su obscena manera de querer sin querer. O amar, él, que dice amarme aún a pesar de ello que nos sucedió y cercenó alguna vez. Yo solo sabia morir por él y querer morir más viéndolo destruirme . Yo, que sólo quería permanecer entre la quietud de sus rizos de vals y las malditas palabras que enviaba para matarme sin pensar, comencé a querer vivir por algo, alguien más. Alguien distinto, común y normal. Nada como